Los Campos de Hernán Perea tienen una altitud media de 1600 metros y una extensión de más de cinco mil hectáreas. Se considera una de las altiplanicies más extensa de nuestro país y quizá sea la zona más fría de España, aunque el dato no se ha podido contrastar, según un grupo de espeleólogos, en estos campos se llegó a alcanzar una temperatura de -45 °C en el año 1954. Por este motivo, es común encontrar los campos nevados hasta bien entrada la primavera cuando el pasto empieza a crecer para alimentar tanto al ganado como al gran número de animales, como ciervos, gamos y muflones, entre otros, que habitan en este paraje. La acumulación de gran cantidad de nieve durante los inviernos provoca que la tierra absorba gran cantidad de agua que servirá para dar suministro a los ríos que fluyen por nuestra sierra, es frecuente observar en los campos los aquí comúnmente denominados “sorbones”, una especie de poza donde se acumula la nieve provocando la absorción anteriormente mencionada.
Visitar los campos de Hernán Perea es trasladarse a otro mundo, los paisajes presentes en esta zona son diferentes a los que podemos encontrar en el resto del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas provocando un sentimiento de gran libertad debido a la amplitud de su terreno que nos permite vislumbrar paisajes panorámicos y abiertos. Es un lugar ideal para observar las estrellas y cualquier tipo de fenómeno astronómico, la pureza de su cielo y el hecho de que en esta zona no exista contaminación lumínica, la convierte es un paraje especial para este tipo de actividad.
Podemos acceder a los campos desde dos ubicaciones, en ambos casos es necesario disponer de todo terreno. Una de ellas por la pista forestal que sale desde Don Domingo hacia Rambla Seca y la otra por la pista forestal que sale del Nacimiento del Segura y que nos lleva a la Laguna de Cañada la Cruz.